Consideramos que tu sustento, sostenga a todos.
La participación ciudadana en protocolos de conservación es tan compleja que parece imposible, es en gran parte la resulta del abandono que padece el campo mexicano. Lo que no se ha quedado en el olvido se sobre explota con la aplicación de elementos tratados en su composición natural y sustentable con el medio que lo rodea.
Esa práctica ha propuesto y logrado que se ejerzan incluso actividades contrarias a la carta magna que rige nuestra sociedad, es pues el ejercicio del abandono a toda constitucionalidad con daño a los parados sobre la tierra que nos debe dar de comer bien, con suficiencia, con oportunidad y con garantía de temporales.
Es más barato aprovechar un bosque que eliminarlo, en el largo plazo es terrible que no se estile la aplicación de costumbres de conservación sabiendo que es tan sencillo; es necesario si, poner atención a lo que te dicen los viejos, escuchar a quienes llevan más tiempo observando lo que va y viene, saben lo que fue y cómo se perdió, las consecuencias, las acciones y las perspectivas de acuerdo al daño y consecuencia.
La experiencia radica en la memoria de las personas, en esa memoria colectiva que por reconocimiento se hace absoluta verdad, eso no existe en ninguno de los tres niveles de gobierno porque cuando cambia de administración, toda acción se pierde en la oscuridad del odio entre políticos y egos, en medio de cada cambio administrativo hay un hoyo negro de información y para evitar que eso dañe por siempre cualquier proyecto para el que sea necesario ante todo, la continuidad. La continuidad solo se la va a dar quien sufre directamente las consecuencias del cambio climático en su comunidad. Sin la participación ciudadana activa, instruida, culta, formada en procesos de manejo ambiental regional más pronto desparecerán los satisfactores básicos con que aún contamos.